Daniel se volvió hacia ella, inclinando un poco la cabeza en señal de reconocimiento. —Como desees, señorita Natalie. He recibido instrucciones de seguir todo lo que me ordenes.
—¿Qué? —La sorpresa colectiva se hizo visible entre los invitados, aunque nadie se atrevió a manifestarla en voz alta. En sus mentes, todos gritaban la misma pregunta.
—¿Daniel Cross, el abogado más temido de la ciudad, había recibido órdenes del CEO de NextEra de seguir las directivas de Natalie?
—Quien pudiera mandar sobre la lealtad de un abogado así era sin duda poderoso, ¿pero Natalie? ¿Qué relación tenía ella con el CEO de NextEra? ¿Y no estaba ya casada?
Faye se quedó petrificada, su mente daba vueltas. Se volvió hacia su propio abogado buscando orientación. Aunque visiblemente alterado, él le asintió levemente, instándola a proceder. Era demasiado tarde para retractarse. Sus órdenes eran claras: escalar el asunto y asegurarse de que Natalie quedara desacreditada delante de todos.
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