Natalie permaneció congelada en su sitio, y solo volvió en sí cuando escuchó correr el agua de la ducha. Miró la puerta del baño y recordó las expresiones de Justin de solo un momento antes.
¿Está enojado porque fingí olvidarlo? ¿Está decepcionado de mí, porque fui yo quien le rogó por ello, pero como una persona desagradecida, ni siquiera reconocí su ayuda o le agradecí por cuidarme?
Soy una persona terrible —se cubrió la cara con las manos, luchando por controlar sus pensamientos—. ¿Qué debo hacer ahora?
Sus ojos se posaron en la camiseta que Justin había dejado a un lado antes de dirigirse a la ducha. La recogió, y por un momento, sintió como si aún llevara el calor de su cuerpo. Su corazón dio un vuelco, inundada por los recuerdos de la noche anterior—de él, de ellos y de cómo la había cuidado.