Cuando Natalie entró en su oficina, fue recibida por la vista de su querida amiga sentada cómodamente en el sofá, hojeando una tableta.
—Bonitas respuestas a esos reporteros, Nats —dijo Mia con una sonrisa.
Con una cálida sonrisa propia, Natalie se acercó a su amiga. —Aún así no puedo compararme contigo, Señorita Mia Wilson.
Mia se levantó y abrazó a Natalie. —Siento que ha pasado una eternidad desde la última vez que te vi.
Natalie la abrazó de vuelta. —¿Todo salió bien?
Mia tarareó en afirmación y sacó de su bolso algunos archivos para entregar a Natalie. —Todo está listo. La inversión está asegurada, el plan está establecido y estamos listos para comenzar la producción.
Natalie asintió apreciativamente mientras las dos se acomodaban en el sofá. Momentos después, Nora llegó con café para ambas.
—No solo lo leas: fírmalo también —bromeó Mia—. Una vez que lo hagas, oficialmente serás mi socia comercial.
Natalie no dudó, firmando los papeles con una sonrisa. —Gracias.