—Ahora aparta —continuó el asistente con dureza—, o podrías tener que pagar por hacer perder el tiempo a mi jefe. Por cada segundo que él pierde aquí, la empresa que sea de tu familia tendrá que pagar por esa pérdida. Esto no es una amenaza vacía. Si todavía dudas de mí, revisa tus finanzas mañana por la mañana.
Pero Lily, desafiante y sin arrepentirse, no pudo resistir una última burla.
—Puede que seas rico, pero estás ciego en lo que a mujeres respecta —se burló—. ¡Qué deshonrosa e inmoral es la mujer por la que has ofertado! Tu fortuna se desperdicia. La ciudad entera sabe quién es realmente Natalie Ford. Ya está casada con un don nadie, y aun así sedujo a Ivan Brown. Estoy segura de que aprendió esas artimañas sobreviviendo en esa sucia ciudad de Xyron. Quién sabe con qué tipo de hombres ella
¡Zas!
Un golpe seco y sonoro interrumpió sus palabras. Lily tropezó y cayó al suelo, aturdida y dolorida, su mejilla como si estuviera en llamas, su mandíbula parecía dislocada.