Mientras Justin estaba absorto en su reunión, Natalie siguió charlando con su abuelo, Alberto.
—Abuelo, lo siento por haber publicado ese video. Estoy segura de que Briena no quería decir nada malo de ti. Solo estaba tratando de provocarme porque sabe cuánto me importas. Te quiere tanto como yo.
Alberto sonrió levemente. —Creo todo lo que dices. Además, ella también es mi nieta, así que no me importa lo que diga. Me preocupo por ambas.
Natalie asintió levemente y se levantó. —Abuelo, hoy voy a cocinar algo rico para ti.
Alberto se rió con picardía. —¿Solo para mí? ¿No para tu esposo? No lo ignores, o quizás no le haga mucha gracia que yo venga aquí.
Natalie se rió suavemente. —Me importas más tú. Si él tiene un problema, ese es su problema.
—No dejes que te escuche decir eso —Alberto bromeó de nuevo—. Quiero visitarte a menudo, así que no le demos ninguna razón para que no me quiera.