Lyla
Me encogí hacia atrás, mirando el decreto que me extendía.
—¿P-Para qué es eso?
—Solo tómalo —dijo Nathan en voz baja detrás de mí.
—¿Por qué? —Me giré hacia él—. ¿Por qué me convoca el Consejo Blanco? Vale, tengo mi celo pero no es tan malo como solía ser antes y estos días lo tengo bajo control, ni siquiera lo notarías.
—Está lejos de eso, Ly... —Nathan suspiró y asintió al guerrero que todavía tenía el decreto apuntado frente a mí. No parecía que fuese a bajar la mano pronto.
A regañadientes lo recogí y lo abrí. Era una invitación del Consejo del Trono de la Luna Blanca exigiendo verme hoy. Me giré y empujé la cosa hacia Nathan y luego empecé a volver al hospital de la Manada.
Escuché a Nathan decirle al guerrero que nos diera unos minutos para prepararnos e ir con él antes de que me persiguiera. Cuando volví a mi sala, me senté en el borde de la cama con la mente llena de preguntas mientras miraba a Nathan, quien actuaba como si esperara esto.