—No entiendo, ¿a qué te refieres con que se negó? —dijo Ramsey.
—No quiere verte, Ramsey. Lo dejó bien claro. Ni siquiera miró la dirección que le di. Creo... —Lenny suspiró, exhalando profundamente.
Lenny y yo estábamos en los pasillos del Hospital de la Manada y estaba intentando obtener información sobre su encuentro con Lyla ayer. Sería tonto de mi parte pensar que vendría a la primera llamada, pero ¿rechazarme rotundamente? No lo vi venir.
—Tal vez fue la forma en que se lo dijiste. ¿Fuiste grosero? ¿No sonaste lo suficientemente convincente? ¿Le dijiste cuánto la he echado de menos y...? —le interrogué.
De repente, Lenny agarró mi brazo, haciendo que el resto de las palabras murieran en mis labios. Un grupo de enfermeras pasaba, riendo y lanzándonos miradas coquetas pero yo no estaba interesado.
—Quizás discutir esto aquí no es la mejor de las ideas —dijo Lenny en voz baja—. Hay tanta gente escuchando.