—¿Cómo que no estaban enterados? —exigí, mi frustración creciendo—. ¿Es eso lo poco que les importa? ¿Qué clase de padres son ustedes?
Sus padres se movían inquietos, ambos bajando la mirada, incluyendo a su hija.
—¡Alfa! —comenzó su padre—. La mayoría del tiempo no entendemos a Lyla. Siempre ha sido, reservada y raramente...
—¿Raramente hace qué? —lo interrumpí, perdiendo la paciencia—. ¿Su hija, a quien se supone deben proteger y cuidar?
Lenny puso una mano en mi brazo, un recordatorio silencioso de mantener la compostura, pero lo rechacé. La ausencia de Lyla, la indiferencia de su familia – todo estaba sacándome de quicio.