Ramsey
Era medianoche cuando llegué de vuelta a la casa de la manada. Mi pecho jadeaba por el sprint mientras volvía a mi forma humana. Me apoyé en el marco de la puerta para estabilizarme.
Todavía estaba tratando de entender el extraño encuentro que acababa de tener con Trinax y los Lobos Ferales. Pasé por el vestíbulo y estaba a punto de pasar por el salón, cuando vi a mi abuelo y a un anciano de la manada – su amigo de la infancia – Anciana Mira.
Estaban de pie junto a la chimenea, sumidos en una conversación profunda. En cuanto mi abuelo me vio en la puerta, sus ojos se entrecerraron con sospecha.
—¡Llegas tarde! —dijo con desaprobación—. Te pedí que vinieras a casa más temprano. ¿Qué significa esto?
Anciana Mira, de pie junto a mi abuelo, me dirigió una mirada curiosa pero no dijo nada. Pero apenas registré la irritación en el tono de mi abuelo. Mi cuerpo todavía estaba en estado de shock y podía sentir el sudor en mi piel enfriándose en el aire nocturno.