Mientras el médico se preparaba para partir, el sacerdote comentó acaloradamente desde atrás —Este incidente está lejos de terminar. Cuando salga de aquí, iré directamente a su eminencia— el papa y el Emperador. Estoy seguro de que van a estar interesados en mis descubrimientos —declaró enojado—. Si el Duque piensa que puede mantener los secretos de las actividades de su fortaleza y de la Santa ocultos del mundo, entonces está tristemente equivocado. Ambos lamentarán sus acciones esta noche.
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