Cuando cerró la puerta de su estudio, Sterling apoyó su cuerpo contra ella y soltó un profundo suspiro, agradecido por la partida de Lena. Una vez que el Duque recuperó su cordura, se dirigió a la estantería en su oficina. Con un tirón suave, abrió la puerta del armario. De dentro, sacó una botella de su brandy de pera favorito.
—Hmm... —sacudió la cabeza—. Esa realmente es un caso complejo —murmuró para sí mismo mientras miraba la pera verde que estaba atrapada dentro de la botella de licor.
Sterling tomó una copa de brandy del estante y la llenó hasta la mitad con el líquido pálido y dorado. Luego hizo rodar el delicado vaso en forma de tulipán entre sus palmas, calentando su contenido. Al levantar el recipiente hacia su nariz, un intenso aroma a alcohol mezclado con el dulce aroma de peras maduras asaltó sus sentidos. El calor emanando de sus manos hizo que la esencia floreciera, intensificando la fragancia.