Los ojos de Amalia de repente se volvieron más fríos mientras pensaba en el hombre con lunar negro al verla por primera vez.
Parece que la ha confundido con otra persona.
—¿Me conoces? ¿Por qué me buscan?
—¿Eh?
A Yuno Lopes le tomó un momento antes de responder.
—No te conozco; se han confundido porque pensaron que tu aura se parecía a la de la persona que buscaban, pero aunque ambas tengan la misma aura fría, tú no tienes el aura asesina que tiene el hombre de negro.
—También eres una mujer, así que esa persona no deberías ser tú.
—Entonces tú eres el que los llevó hasta este lugar. ¿Por qué los dirigiste hacia mi dirección?
Yuno Lopes dudó por un momento.
No esperaba que Amalia tuviera una sensibilidad aguda y que pudiera captar inmediatamente el punto clave.
Él entonces lo dijo con la conciencia culpable: