Durante tres días consecutivos, Amalia absorbió la primera hebra de energía espiritual púrpura por la mañana, mejorando ligeramente su fuerza y sanando aproximadamente un treinta a cuarenta por ciento de sus heridas internas.
Este efecto también podría atribuirse a los Amuletos que compró en la calle vieja.
Ocho Amuletos estaban dispuestos alrededor de Amalia. Eran simples Amuletos Recolectores de Qi, capaces de atraer la energía espiritual entre el cielo y la tierra.
Gracias a estos Amuletos, pudo lograr este nivel de recuperación. Sin ellos, no habría conseguido sanar ni siquiera el diez por ciento de sus lesiones.
Sin embargo, se gastaron bastante rápido, y ahora, solo quedaban unos pocos Amuletos de bajo nivel de los que adquirió del anciano.
Amalia se levantó y se sacudió las cenizas negras de su cuerpo.
Estos eran los restos de la energía del Amuleto después de haberse consumido.
Después de arreglarse, Amalia siguió el acuerdo y fue a la calle vieja para encontrar al señor Zenón. Antes de eso, fue donde el anciano que vendía Amuletos.
Para cuando se fue, el dinero que había ganado del trabajo del dueño original también se había gastado.
El señor Zenón ya había preparado los materiales restantes.
—Estos materiales no son fáciles de encontrar, pero por suerte logré reunirlos en dos días —dijo el señor Zenón.
Tras llevar tantos años en el negocio de vender materiales para refinar, conoce los atributos y usos de varios materiales mejor que la mayoría de los Artífices.
Algunos de los materiales que Amalia solicitó, sin embargo, le resultaron desconcertantes.
Materiales como "Polvo Místico" eran relativamente raros. No porque escasearan, sino porque pocos Artífices los utilizaban.
Polvo Místico era un material extremadamente duro que requería mucho tiempo para ser refinado con éxito.
Sin embargo, el proceso de refinado de un artefacto requería paciencia y concentración, y los Artífices a menudo encontraban que los beneficios del Polvo Místico eran limitados.
Como resultado, comenzaron a sustituirlo con otros materiales. Con el tiempo, la tienda del señor Zenón ya no almacenaba Polvo Místico.
Amalia fue la primera persona que había encontrado en muchos años que necesitaba Polvo Místico.
Aunque la cantidad que solicitó no era pequeña, el señor Zenón no pudo evitar preguntar:
—Amiga joven, ¿para qué necesitas tanto Polvo Místico? Muchos Artífices ya no lo usan.
—Tiene sus usos —Amalia no sabía que el Polvo Místico era un material descartado entre los Artífices.
El señor Zenón solo había preguntado por el Polvo Místico, lo que implicaba que podría tener algunas cualidades especiales.
Sin embargo, no pudo explicar estas cualidades claramente, así que optó por no explicar en absoluto.
Su reticencia solo hizo que el señor Zenón la viera como misteriosa y extraordinaria.