Ella tampoco se quedó ociosa. Puesto que había iniciado el cultivo de sus padres, no podía dejar que ellos buscaran recursos por sí mismos.
Amalia sacó los amuletos de su cuerpo y dejando una porción de amuletos avanzados, intermedios y básicos, aunque todavía había una escasez significativa.
Los amuletos tipo ataque estaban destinados a la autodefensa. Con el apoyo de Martín Carnales, no deberían encontrar mucho peligro, pero las precauciones seguían siendo necesarias.
Los amuletos tipo defensa y auxiliares probablemente estarían más demandados, sin embargo, ella no tenía muchos de esos.
Amalia pensó en ello y se dio cuenta de que esto implicaría gastos significativos.
Al lado de los amuletos había una pila de papel desechado. Inicialmente, ella intentó dibujar amuletos pero pronto se dio cuenta de que carecía de talento innato en el dibujo de amuletos, especialmente cuando se trataba de los de nivel superior, lo que la llevó a renunciar.