Yu Xiaohui y Yu Xiaoqing podían entender la sensación de hambre. Antes de conocer a Bai Xifeng, a menudo pasaban hambre y mendigaban para poder comer.
No esperaban que Bai Xifeng siguiera siendo igual que en el pasado, a pesar de tener su familia. Parecía que tener una familia no garantizaba que no pasarías hambre. Sabían que Bai Xifeng no tenía estatus en la Familia Bai.
—Es la primera vez en mucho tiempo. Apuesto a que la Señorita Joven no despertará mañana —Xiao Li suspiró.
—¿Deberíamos decirle al General Bai? —preguntó Yu Xiaoqing.
—Esperemos hasta mañana. Si el Maestro sigue sin despertarse, deberíamos informarle sobre su estado —declaró Yu Xiaohui.
—Mmm... Quedémonos con la Señorita Joven por esta noche —dijo Xiao Li.
Así que, las tres chicas decidieron quedarse con Bai Xifeng. La noche transcurrió.
Llegó la mañana. Dado que no tenían muchos sirvientes, Yu Xiaohui y Yu Xiaoqing estaban a cargo de cocinar. Xiao Li seguía acompañando a su joven señorita.