Zeng Wenqian y Jiang Qingge mostraron una expresión dolida en su rostro. Era como un copiar y pegar.
—Lanying, no puedes decir algo tan hiriente. Soy la hermana menor de tu madre —dijo Zeng Wenqian.
—Sí... Sí... Media hermana. Tu madre y mi abuela materna no son la misma. Tu madre es una concubina mientras que mi abuela es una esposa legítima. Para ser honesta, no puedes reclamarme como tu pariente, pero mi madre es lo suficientemente amable para ayudarte y dejarte quedarte aquí. Es por eso que debes recordar que solo eres una invitada aquí, no la dueña —dijo Xie Lanying.
Xie Lanying miró a Bai Xifeng y Bai Tingfeng.
—Señor Long, Señor Bai, lo siento. Vamos a ver a mi madre —Xie Lanying se disculpó con ellos dejándoles ver la incómoda situación de su familia.
Xie Yaoting asintió. —Vamos.
Los Hermanos Bai asintieron. Era otro asunto familiar. No tenían nada que comentar al respecto. Cada familia tenía su propio problema como su propia familia.