El gerente de la sucursal del Pabellón Shanghái, Ma Zhaohui, corrió hacia allí cuando se enteró de que alguien con una ficha especial había llegado.
—Su Excelencia, es un honor verle aquí —Ma Zhaohui se inclinó saludándolos.
Se levantó y miró a Bai Tingfeng. —¿En qué puedo ayudarle, Su Excelencia?
—¿Eh? —Bai Tingfeng estaba confundido.
—¿Eh? —Ma Zhaohui también estaba confundido. Se volvió hacia el encargado de la tienda—. ¿Qué pasa?
—Gerente Ma, ha saludado a la persona equivocada —dijo el encargado de la tienda.
—¿Eh? ¿Qué? —Ma Zhaohui no podía pensar con claridad.
—La persona con la ficha es esta —el encargado de la tienda señaló a Bai Xifeng, quien estaba de pie al lado de Bai Tingfeng.
—¿Un niño? —Ma Zhaohui estaba sorprendido.
—No soy un niño. Ya tengo 14 años —dijo Bai Xifeng.
—Ya... veo... Entonces, ¿en qué puedo ayudarle, Su Excelencia? —Ma Zhaohui sabía que este joven no era una persona normal si había conseguido la ficha.