Bai Xifeng estaba feliz desde que obtuvo la información que quería. Sin embargo, enfrentó otro problema. El lugar donde crecían las hierbas estaba en un bosque profundo llamado Bosque Jinxie.
Necesitaba conseguir esas hierbas para limpiar su veneno. No muchas personas iban a ese bosque porque tenía muchas bestias. Las bestias eran muy fuertes.
Y lo peor de todo, una de las bestias llamada León Gigante guardaba una de las hierbas que ella quería. Pero cuando lo pensó, no sería un problema para ella ya que tenía a Baishe. No quería usar otra mano de obra ya que era caro para ella.
Solo necesitaba pensar en cómo salir por unos días de esa casa. Caminó de regreso para volver a casa. Mientras pensaba en la idea de cómo escabullirse, Baishe en forma de abanico, le dio una advertencia.
—Alguien te está siguiendo. Ten cuidado —dijo Baishe de repente.
—¿Qué? ¿Alguien me sigue? —Bai Xifeng tragó saliva.
—Sin embargo, no siento ninguna intención maliciosa de esa persona —dijo Baishe.
—¿Qué hacemos? —preguntó Bai Xifeng.
Aún no está lista para pelear con ellos. Esas personas podrían matarla. Cuando escuchó que esas personas que la seguían no tenían malas intenciones hacia ella, respiró aliviada.
—Pero, ¿por qué me siguen? —Bai Xifeng le preguntó a Baishe.
—Probablemente porque quieren saber sobre ti. Solo los alquimistas suelen buscar hierbas. Probablemente piensan que eres aprendiza de un alquimista —Baishe hizo algunas suposiciones.
—Oh, mierda. ¿Cómo volvemos entonces? No quiero que descubran mi identidad —Bai Xifeng suspiró agitada.
—Maestro, no necesitas agitarte así. Te ayudaré —dijo Baishe.
—¿En serio? Eso es genial —Bai Xifeng se alivió—. ¿Puedes por favor no llamarme 'Maestro'?
—Oh, lo siento —dijo Baishe—. Bueno, puedes entrar en el callejón. Yo haré algo —Baishe dio la instrucción.
—De acuerdo —Bai Xifeng entró rápidamente en el callejón.
Las personas que la seguían se dieron cuenta y la persiguieron rápidamente. Desafortunadamente, el joven al que habían seguido antes, también desapareció en el aire.
Intentaron buscar en todas partes pero aún no podían encontrarlo. Después de un rato, finalmente se dieron por vencidos.
En cuanto a Bai Xifeng, también pasó a esas personas. Baishe la hizo invisible.
—Wow, es como una túnica de Harry Potter —dijo Bai Xifeng cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando.
—¿Qué? ¿Hari quién? —Baishe no entendió.
—No importa. Solo olvida lo que dije —Bai Xifeng hizo un gesto con la mano.
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