—Pfft, jajaja —Yu Dong trató de contener su risa, pero al final, no pudo, era demasiado gracioso que Ye Liu fuera jugado por un bebé que ni siquiera había cumplido un año todavía.
Ye Liu al principio se quedó atónito, pero luego se puso rojo de indignación. —Pequeño bribón, ¿cuándo te enseñaron tus papás a mentir así? ¿Dónde lo aprendiste?