—Yu Dong espera... espera un poco —Shen Li sabía que si no la detenía pronto, definitivamente haría algo que podría causar un alboroto en el pueblo. Sabía que ella tenía razón y que su enojo estaba justificado, pero necesitaba calmarse un poco en caso de que hiciera algo que pudiera dejar escapar el gato de la bolsa, si no la detenía ahora las consecuencias serían graves —Yu Dong, escúchame —la agarró del brazo justo cuando se dirigía a la puerta principal y, como no se detuvo, él exclamó— ¡Piensa en Pequeño bollo y en Chen Mi, por favor!