Qiu Bai tembló bajo la penetrante mirada de Yu Dong. Era como si ella pudiera ver a través de él, nerviosamente tragó y luego apretó sus temblorosas manos antes de hablar con falsa valentía —¿Qué granos? ¿Qué trabajos remunerados? ¿No somos una familia? ¿Por qué tenemos que separar nuestra familia de esta manera, Dong Dong, no olvides que tu apellido sigue siendo Yu, solo las ramas se han separado, todavía somos una familia?