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Para cuando Lin Wanli regresó a la Cumbre Yujing, Yan Qiu ya había completado su misión y regresado a casa exitosamente.
—Presidenta Lin, el conductor ha estado mintiendo sobre estar al teléfono todo el tiempo y accidentalmente siguió demasiado cerca, así que es posible que no podamos obtener la respuesta que queremos —dijo Yan Qiu mientras seguía a Lin Wanli.
—Nunca quise sacarle nada. Solo quería asustar a mi padre para que se pusiera en guardia —Lin Wanli sonrió y respondió—. El verdadero espectáculo está por venir.
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Como era de esperar, justo como Lin Wanli había anticipado, Padre Lin se encerró en su habitación inmediatamente después de llegar a casa. Llamó a un reportero de entretenimiento en particular y le dijo que se aferrara bien a lo que tenía y que no lo expusiera.
