También a partir de este día, la hija inútil de la Familia Lin desapareció. Aunque era reconocida públicamente como desecho, la Familia Lin todavía gastó mucha energía y mano de obra para buscarla. Sin embargo, nadie pudo encontrarla.
Después de que Lin Wanli desapareciera, la madre y la hija de la Familia Ye ya eran favorecidas por la Anciana Señora Lin. Ahora que Lin Wanli había vaciado su posición, la Anciana Señora Lin trataba a Ye Zhenzhen aún más como a su propia nieta. Después de todo, la madre y la hija de la Familia Ye habían estado tratando con la Anciana Señora durante muchos años y habían consentido a Lin Wanli hasta convertirla en una completa inútil. ¿Cómo podría merecer la atención de la Anciana Señora siendo alguien sin valor para la Familia Lin?
Debido a que el Sr. Lin era un yerno que vivía en la casa, la Anciana Señora Lin todavía estaba al mando de la Familia Lin. Su amor por Lin Wanli era muy limitado. Cuando Lin Wanli estaba presente, todavía tenía que actuar como un padre amoroso. Una vez que Lin Wanli desapareció, simplemente pudo ignorarla. Además, Ye Zhenzhen a pesar de ser su hija ilegítima, era inteligente y capaz. Siempre había sido su mano derecha cuando se apoderó de la Familia Lin.
Por lo tanto, en la enorme Familia Lin, solo la Madre Lin seguía pensando en su hija. No importaba cuán mala fuera Lin Wanli, ella seguía siendo su única hija. Como madre, no podía hacer la vista gorda ante la desaparición de su hija.
Por lo tanto, buscó por todas partes a su hija. No escuchó consejos y no estaba dispuesta a aceptar este hecho. Esta búsqueda duró dos años. Sólo cuando la policía emitió un certificado de defunción, la Madre Lin reconoció dolorosamente la partida de Lin Wanli.
—Xueyi, mañana es el funeral de Ah Li. Sé que no quieres enfrentarte a eso, así que deberías descansar en casa —el Sr. Lin consoló a su esposa en casa.
La expresión de la Madre Lin era de tristeza y no pudo decir una palabra.
La desaparición de Lin Wanli hacía parecer que ella era la única persona en el mundo que estaba de luto. Ya fuera el Sr. Lin, Ye Zhenzhen, o Zhou Tingyang, parecían haber reanudado rápidamente sus vidas. No solo eso, la Anciana Señora Lin incluso le pidió a la Madre Lin que se preparara para otro hijo, como si Lin Wanli nunca hubiese existido...
—Huaijing, ¿por qué no buscamos de nuevo? ¿Hmm? —Lin Xueyi tiró de la manga del Sr. Lin y suplicó—. Realmente no lo soporto.
—Xueyi, también debemos mirar hacia adelante. Wanli ya se ha ido. Además, soy el único que más te ama en este mundo. Escúchame y olvida el pasado, ¿de acuerdo? Nunca te dejaré —el Sr. Lin abrazó amorosamente a su esposa y la consoló.
La Madre Lin lloró amargamente, pero aún así escuchó los arreglos de su esposo.
En cuanto a Ye Zhenzhen, ella solo quería que la reputación de Lin Wanli estuviera completamente arruinada. Sin embargo, no esperaba que Lin Wanli desapareciera por completo. Pensando en esto, su camino con Zhou Tingyang estaba un paso más cerca. Había prometido a Zhou Tingyang que lo ayudaría a lidiar con la Anciana Señora Lin y a ayudar al Grupo Zhou a superar esta crisis. Así, los dos se volvieron adictos a tener un affair bajo la nariz de la Anciana Señora.
```
Todavía era mediados de verano, y el sol abrasador de Jinchuan por la mañana quemaba el corazón.
Fuera del Cementerio Qingyuan, el Sr. Lin asistía al funeral de Lin Wanli con la demacrada Madre Lin. Ye Zhenzhen, su madre y Zhou Tingyang, todos vestidos de negro, se veían solemnes.
Los reporteros de los medios acudieron en masa cuando escucharon la noticia. Todos se apresuraron a entregar el micrófono al Sr. Lin. —Sr. Qin, ¿se ha resuelto el asunto de la desaparición de Lin Wanli? —Sr. Qin, ¿realmente ha fallecido Lin Wanli?
El Padre Lin no podía soportar el acoso, pero solo podía responder directamente con una expresión de dolor. —Mi familia entera ha estado buscando a Ah Li durante dos años, pero no ha habido noticias de mi pobre hija. Deseo tanto que pudiera regresar a salvo. Deseo tanto poder oír a Ah Li llamarme padre otra vez. Realmente la extraño tanto, yo...
El Padre Lin se ahogó varias veces como si hubiera perdido a su hija y a todo el mundo.
Sin embargo, todos sus amigos y familiares vinieron a iluminarlo. —Mi pésame, los muertos no pueden volver a la vida. —Si mi Ah Li pudiera regresar, ¡haría lo que sea!
En este momento, los medios de comunicación al pie de las escaleras se conmovieron hasta las lágrimas por la pérdida de la querida hija del Padre Lin. Al otro lado de la calle, un coche negro estaba aparcado al lado de la carretera.
La mujer en el asiento del conductor parecía haber estado observando el espectáculo. Finalmente, se puso sus gafas de sol, abrió la puerta del coche y se abrió paso entre la multitud hasta colocarse frente a los reporteros.
Sin embargo, nadie la notó hasta que... Ella le dijo al hombre que lloraba, —Papá, yo también te extraño.
```