—Sé que te estoy diciendo, Jackson —Catherine se secó la lágrima del lado de su ojo—. Vi a una bruja con ojos negros, y—y Xander estaba allí cuando tu cuerpo estaba… no vivo y tú estabas podrido —colocó sus palmas sobre su rostro enrojecido y se sometió a la gruesa alfombra marrón peluda junto a la chimenea.
—Estoy intentando entender —él consoló—. Las cicatrices quemadas en mi rostro todavía están ahí... No sé si la magia o la brujería me trajeron de vuelta pero Xander no puede—él no puede sacrificar una vida inocente.
Catherine quitó la manta del sofá y se envolvió en ella.
—Todo esto es nuevo para mí… las visiones… es todo abrumador —entrelazó sus dedos debajo de la manta—. Xander intentó explicar pero no sonaba bien. Estoy tan confundida como tú. Créeme, Xander tomó esa decisión. Vi la mirada en sus ojos tan clara como el día.
—Aunque tengas razón, yo no soy quien necesita la iluminación —Jackson pasó su pulgar por su frente y su rostro se suavizó—. Es Manny