—Se llama Blanca —Esmeralda les dijo el nombre de la joven pegaso—. Le quedaba bien a la pegaso que era blanca por todas partes.
Esmeralda les informó que usó su magia para ocultar la presencia de Blanca, y por eso Alwin y Fernando podían sentir su presencia instantáneamente, pero no la de Blanca. Ella la había recubierto con la suya para que los intrusos no pudieran sentir su presencia.
De todas maneras, magos poderosos como Alwin y los demás aún podían sentirlo, pero no eran capaces de decir que era una pegaso.
Alwin se quejó internamente, sin embargo, de que si sus habilidades no estuvieran siendo limitadas debido a las políticas de Estrella, él habría podido sentir la presencia de Blanca instantáneamente.
—Era peligroso dejar que se conociera la presencia de Blanca —Esmeralda aparentemente tenía que ser cautelosa ya que aún podía haber cazadores de tesoros que buscaran pegasos para venderlos a un precio exorbitante en subastas clandestinas.