Arabella frunció el ceño mientras los hombres seguían cobrando dinero de cada casa.
Sus compañeros también fruncieron el ceño mientras miraban con evidente desagrado a la gente que acababa de sobrevivir una inundación y que ya sufría una crisis financiera y escasez de alimentos, pagando dinero a hombres sospechosos.
Alwin usó una barrera mágica para que nadie les notara observando desde el bosque.
—Parecen mercenarios. ¿Esto también es obra del Marqués Gulliver? ¿Aparte de la esclavitud, está extorsionando dinero del pueblo llano? ¿No es esto demasiado? ¿Cuántas leyes del Imperio está rompiendo? Sabía que algo raro había en él antes. Debería haber escuchado mi instinto. No deberíamos haberle asignado el cuidado de Prudencia. En aquel entonces era el candidato más adecuado ya que su feudo estaba justo al lado de Prudencia. Pero miren lo que ha hecho. Tengo que encargarme de esto personalmente.