—¿Esperabas algo? —preguntó Arabella en tono burlón y Fernando se quedó boquiabierto.
—¡N-no! No estaba pensando en nada de eso —negó él. Aunque sus orejas estaban rojas mientras continuaba—, no planeaba verte desnuda ni nada por el estilo. Solo quería traerte aquí para relajarte.
—Jaja. Él mismo lo admitió.
«Ella no pensará que la traje aquí para ver su cuerpo desnudo, ¿verdad?! Se me olvidó completamente que tendríamos que quitarnos la ropa habitual una vez que nos sumergiéramos. Pero después de ayudarla a desvestirse, me di cuenta de que podría llegar a verla desnuda hoy. No diré que no me entusiasmaba la idea. Me encantaría verla con menos ropa o sin nada en absoluto. Pero, ¿por qué lleva puesto un albornoz completo? ¿Acaso se meterá al agua así?»
—Bien. ¿Nos metemos al agua entonces? —Arabella sonrió.