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Solo estaba luchando contra dos enemigos. Dos enemigos básicos que venían solo con un conjunto de ataques básicos y patrones de comportamiento básicos.
Y aun así, el dulce abrazo de la muerte casi la había atrapado ya unas cuantas veces.
—¡Vamos, vamos! Solo quiero eliminar al menos a uno de ustedes! —sentía que, tal vez, al hacerlo tendría un pequeño margen para respirar.
El orco armado con hacha le atacó la cabeza como lo haría un jugador MVP de béisbol en la novena entrada de la Serie Mundial, perdiendo por 3 carreras con las bases llenas.
Ella se agachó, haciendo que el esfuerzo dramático no tuviera sentido, excepto por unos mechones de cabello zafiro que cayeron graciosamente al piso rocoso.
Una flecha rozó su mejilla. Al parecer, el arquero había apuntado a su estómago, y la esquiva de Neve de hace un momento inadvertidamente la salvó de ser alcanzada allí.
Esta única batalla le estaba causando problemas a nivel de un jefe final.
