—No te atreves a decirles dónde está Zhao Lan, ¿entonces qué hacía aquí regañándolos? ¿Con qué derecho esta pequeña zorra les enseñaba esto o aquello? ¡Al menos, a diferencia de ella, los dos estaban casados respetuosamente y solo tenían un esposo!
—La Señora Zhang se preparaba para ir a la guerra con Fang Xiaolin, pero esta última ya había puesto su cubo de bambú en el suelo y estaba arremangándose. La Señora Zhang, que había escuchado la fama de Fang Xiaolin de golpear y pelear con mujeres de la aldea, encogió el cuello y luego miró alrededor en el camino. No había nadie aquí, si realmente peleaba con Fang Xiaolin, podría terminar recibiendo más heridas de las que podría infligir a su oponente.
