—¡Así es, ya sabes! —dijo Lin Chen con una sonifrisa—. ¡Me levanté tan temprano en la mañana porque quería pescar el pescado más fresco! Te juro que me desperté a las cuatro de la mañana antes que nadie en la aldea, así fue como pude pescar este pescado. Con todos los aldeanos apurándose a lavar su ropa y ganado, perturban el río y los peces se dispersan, pero como hoy fui el primero en ir al río, ¡tuve suerte!
Su Wan sonrió, no sabía por qué Lin Chen se vanagloriaba de sus habilidades para pescar, pero siguió el juego, no es que le fuera a costar un brazo o una pierna el elevar un poco su autoestima —sí, sí, Ah Chen es el mejor. Hiciste un excelente trabajo pescando estos peces.