Después del funeral, Fu Mingze tomó la mano de Yang Meiyi y preguntó —¿Quieres quedarte en la finca Jiachen conmigo?
Yang Meiyi negó con la cabeza y dijo —Tengo que cuidar del Viejo Maestro Sang y además el abogado de mi mamá va a venir a la Mansión Yang para leer su testamento.
—¿Quieres que vaya contigo? —preguntó Fu Mingze con dulzura.
—No —dijo Yang Meiyi sin ninguna vacilación.
Fu Mingze esbozó una triste sonrisa, apoyó su frente en la de ella y susurró —Por favor, no me alejes.
—Yo... solo necesito algo de tiempo —dijo Yang Meiyi mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
—Lo sé. Siempre estaré aquí para ti, Yang Meiyi. Nunca pienses ni por un momento que estás sola.
Yang Meiyi asintió y dijo —Adiós, te llamaré más tarde.
—Ok —respondió Fu Mingze y observó cómo ella se iba con Yang Jiu y Yang Jia.
Unos segundos más tarde, Xia Lian se detuvo junto a él y dijo —La policía acaba de llamar, tienen una nueva pista en el caso del asesinato de Sang Xiu.