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—Señorita, ¿está lista para salir ahora? El gerente me envió a buscarla. Me temo que ella no podrá venir esta vez, pero me ha confiado toda su autoridad para este viaje —el hombre frente a Rika era un beta fornido. Era el doble del tamaño de Rika (lo cual no era difícil) y parecía listo para partirla en dos.
—Su rostro serio no tenía ni rastro de una sonrisa, y su seriedad hacía que la mayoría de las personas se encogieran y se alejaran de él. Rika no era diferente, pero contenía su miedo para no parecer intimidada —en palabras más sencillas, este hombre parecía intimidante, que era precisamente la razón por la que había sido elegido para este trabajo.
—¿El gerente no pudo venir? Debió haber sido una emergencia del demonio la que la retuvo —Rika comentó, a pesar de que ya sabía de esta 'emergencia'.