—¡Ese bastardo idiota y grosero! ¿Cómo se atreve a amenazarme? ¡A MÍ! ¡Suzie Goodwill! Le mostraré quién es el jefe. Le contaré a Mark lo que pasó y él se encargará de este asunto por mí. Él hará
Suzie detuvo su pensamiento tan pronto como pensó en contarle a Mark.
A pesar de saber que Mark podría ayudarla, Suzie estaba dividida. No podía obligarse a decirle lo que había sucedido, su conflicto interno y la indecisión pesaban enormemente en ella.
No podía decirle porque no quería ver su cara de decepción cuando la mirara.
Mark repetidamente advirtió a Suzie que no cayera en las trampas que dejaban esos alfas inútiles y que nunca se dejara morder. Ahora, Suzie ha roto su confianza con sus acciones.
Se sentía un malestar palpable sobre volver a casa, y su inquietud era evidente en cada paso.