—Señorita, parece que está de muy buen humor. ¿Ha pasado algo agradable? ¿El Maestro Damian regresa antes de lo previsto? —el conductor preguntó mientras observaba cómo Emily Steinz ponía cara de felicidad.
No era común que Emily mostrara una expresión tan abierta de felicidad, por lo que lo sorprendió. No podía imaginarse qué habría hecho tan feliz a su señora hoy.
Pero Damian no era la persona adecuada a la que preguntar porque al instante hizo desaparecer la sonrisa de su señora.
—No quiero hablar de ese imbécil. Volverá cuando termine su trabajo. No arruinemos el día de hoy. Era un día tan agradable hasta que hablamos de él, ¿de acuerdo? —Emily respondió antes de que se acomodara la ropa y se maquillara una vez más.
Si Damian no era la razón detrás del comportamiento de su señora, entonces solo podía ser una persona: su amiga beta a la que ninguno de su personal aprobaba.