—Despierta —dijo Kieran suavemente mientras sacudía al médico.
El médico parpadeó y pareció desorientado durante un par de segundos antes de recuperarse. Se levantó de un salto y de inmediato hizo una reverencia a Kieran.
—Me disculpo por haberme quedado dormido. Yo-Yo...
—Entiendo —dijo de repente Kieran, interrumpiéndolo. Miró a Mauve que estaba dormida, no esperaba menos.
—Muchas gracias —dijo rápidamente el médico—. Su situación no ha cambiado mucho, farfulló—. Pero estoy seguro de que debería estar mucho mejor cuando despierte. Pedí a alguien que preparara más...
Kieran extendió su mano, —Ven conmigo. Presentarás tu informe al Rey y luego podrás tomar un descanso.
Kieran frunció el ceño mientras observaba al humano fijamente. Parecía estar a punto de caerse de pie. No se podía permitir que se desplomara antes de que siquiera comenzara el tratamiento.
—No, estoy bien. Solo necesitaba cerrar los ojos un momento. No necesito dormir —dijo él.