Jael se encontraba junto a la puerta abierta, donde fue acompañado por Kieran. Los guardias se detuvieron frente a ellos e inmediatamente hicieron una reverencia.
—Este es el médico —anunció Damon mientras Zane colocaba a un pequeño humano frente a Jael. Jael notó que a Damon le faltaba el abrigo, pero no le prestó atención.
Jael entrecerró los ojos y avanzó para ver mejor. El humano se encogió ante su mirada. El humano no parecía tan viejo. Si Jael tuviera que adivinar, diría que tenía unos veintitantos años según los estándares humanos.
—¿Evan envió esto? —Jael lo observó detenidamente, no estaba seguro de qué sentir hacia el humano, pero sí pensaba que era demasiado joven. Aunque su edad no importaba, siempre y cuando supiera qué hacer.
Asimismo, ese no era el único problema. El humano también parecía enfermo, Jael se sorprendió de que pudiera mantenerse en pie. Su rostro estaba rojo como si toda su sangre hubiera fluído a su cabeza y parecía que caería en cualquier momento.