Senia Azra creció creyendo que el poder estaba por encima de todo. No solo del dinero y las conexiones, sino también del poder crudo proveniente de la bendición de la torre.
Irónicamente, esta visión no surgió porque ella estuviera en una posición de poder desde el principio. No, fue porque pasó su infancia siendo víctima de los poderosos.
Era un pasado oculto que siempre intentaba enterrar; una vida bajo una sombra literal, cuando su nombre aún era Senia Azra.
En el lado oscuro de la zona alta, las brillantes luces de neón nunca podían penetrar el mercado negro y el barrio bajo. El deslumbrante brillo de las monedas de los clientes nunca podía elevar el estatus de aquellos que residían dentro, sin importar cuánto apilaban el dinero a su alrededor.
Mucho menos aquellos que no tenían el dinero.