—La invitación para la junta de accionistas será enviada pasado mañana —informó Darleon—. Los ejecutivos aún no están convencidos sobre esta reunión, pero lo logramos.
—Deberían —dijo Radia secamente—, la dureza deslizándose en su tono sin intención—. No somos una fundación benéfica.
—...lo sé —el viejo se contuvo con un suspiro—. La reunión será el tres. Impulsaremos otro candidato para la posición de Maestro de Gremio.
—Como acordamos, seremos nosotros quienes decidamos eso.
—...sí, bueno.
La llamada terminó y Radia se recostó en el asiento del coche, observando la luz de la calle. Esas luces usualmente le deleitaban, una señal de que la ciudad estaba viva, lo que significaba seguridad y una economía próspera. Una combinación perfecta para un comerciante y un esper.