El número de veces que Zein se preocupó por la seguridad de Bassena se podía contar con una mano.
No. En realidad, si llegaba el momento, Zein solo se preocupaba por la seguridad del esper una vez; cuando estaban aislados el uno del otro en la Zona Mortal.
Aún recordaba la sensación desgarradora y el latido inquietante de su corazón en aquel momento. Sí, lo recordaba. Lo recordaba mucho mucho menos que lo que sentía cuando vio la giratoria puerta negra en esa intersección.
Lo vio desde la ventana del coche primero. Su corazón le dijo que debía salir del carro inmediatamente y averiguar qué había sucedido. Pero cuando su mano llegó a la puerta, descubrió que estaba temblando.
No, no tenía miedo de la puerta negra.
Tenía miedo de lo que podría suceder dentro.
Se inclinó ligeramente hacia abajo y respiró profundamente, intentando pensar en cosas buenas. Lagos. El mar que veía a través de videos. Chocolate. Dulces. Ámbar. Un par de ojos ámbar. Mierda.