Rain parpadeó sorprendida mientras Alejandro entraba al comedor vestido en su habitual traje de trabajo. Ella sabía que él se estaba recuperando rápidamente, pero había esperado que se tomara más tiempo para descansar.
—¿Ya vas a trabajar? —preguntó directamente, con preocupación en su tono.
—Sí —respondió Alejandro de manera pragmática mientras tomaba asiento—. Siento como que también necesito ejercitar mi mente. Volver al trabajo ayudará, y además, puedo notar que William podría usar algo de apoyo.
—¡Hermano! ¿De qué estás hablando? ¡Lo estoy manejando muy bien! —replicó William, su voz teñida de indignación.
Alejandro le dirigió una mirada incisiva. —Estoy seguro de que eres capaz, pero todo es nuevo para ti. No pretendamos que no enfrentas desafíos.