Rain se despertó al amanecer, sus labios curvándose en una suave sonrisa al sentir el calor de Alejandro a su lado. Su brazo la envolvía con seguridad, manteniéndola cerca. Observó su posición y frunció ligeramente el ceño, preguntándose si él estaría incómodo. Con cuidado, se movió, escapando de su abrazo con delicada precisión.
Por un momento, se quedó de pie junto a la cama, mirándolo. Sus rasgos estaban relajados de una manera que raramente veía, serenos y pacíficos. Una sonrisa tierna tiró de sus labios. No era frecuente que pudiera verlo así, sabiendo que despertaría en cualquier momento, y eso calentaba su corazón.
Notando que aún llevaba puesto su atuendo de negocios de la noche anterior, decidió refrescarse. Silenciosamente, tomó uno de sus camisones, se deslizó al baño y se dio una ducha rápida. Después de cepillarse los dientes y secarse el cabello, se acercó de puntillas a la cama, esperando reunirse con él sin despertarlo.