Rain abrió lentamente los ojos, parpadeando contra la luz.
—Oh, ¡por fin despertaste! —dijo Sanya, con una voz que mezclaba alivio y alegría.
Rain frunció el ceño, mirando el techo familiar sobre ella. Se sentó inmediatamente y preguntó —¿Ya volvimos a casa?
—Sí, te trajimos a ti y a Xander de vuelta aquí —explicó Sanya—. El doctor Lambert estuvo de acuerdo después de confirmar que te desmayaste por agotamiento y falta de sueño. Dijo que necesitabas descansar adecuadamente.
El corazón de Rain dio un salto —¿Alejandro también volvió? ¿Dónde está? —preguntó, con un pliegue formándose en su frente.
Sanya dudó, su expresión se volvió torpe —Bueno... todavía se está ajustando. Pidió quedarse en otra habitación.
Rain soltó un bufido suave, aunque su sonrisa no llegó a sus ojos —Eso es despiadado —murmuró. Luego, con un pequeño suspiro, agregó—, pero supongo que no debo ser codiciosa. Lo que importa es que está despierto.