Rain y Alejandro salieron de Pueblo Malibú después del desayuno. Rain quería ir al orfanato pero decidió detenerse primero en el Centro Comercial de la Ciudad Meta, el centro comercial más grande de la ciudad, para comprar algunos regalos para los niños y el personal.
—¿Estás seguro de que no vas a trabajar? Puedes dejarme aquí y llamar a Rico para que me recoja —dijo ella mientras entraban a la sección infantil, tomados de la mano.
Alejandro suspiró con una mirada juguetona en sus ojos. —Hmm, ¿ya estás intentando deshacerte de mí? Recuerda, yo administro mi propio horario. A menos que haya una emergencia, soy todo tuyo.
Ella se rió, atrayéndolo cerca para abrazar su brazo. La idea de recorrer juntos el centro comercial, eligiendo cosas para los niños, la llenaba de emoción. Luego, por un breve momento, se imaginó a sí misma y a Alejandro comprando artículos para bebés juntos, y sus mejillas se calentaron.