Rain se despertó de muy buen humor, especialmente cuando lo primero que vio fue el rostro de Alejandro, observándola en silencio mientras la sostenía en sus brazos.
Ella sonrió, murmurando —Buenos días. ¿Qué hora es? ¿Cuánto tiempo llevas mirándome?
—Es temprano, apenas pasadas las cinco. Vuelve a dormir —tarareó él, presionando un suave beso en su frente.
Ella sonrió, dándose cuenta de que en realidad podría tomárselo con calma durante el día. Llamó a Jane anoche para decirle que iba a tomarse el día libre hoy, pero todavía planeaba trabajar a distancia. Solo le pidió a Jane que le enviara los archivos de su próximo caso.
Con un pequeño puchero, murmuró —Aún necesitamos volver pronto. No quiero flojear, especialmente ahora que estoy usando tu apellido. Planeo visitar a algunos testigos...