Rain y Clifford se dirigieron directamente al Instituto Biotecnológico Elysium tan pronto como su avión aterrizó. Su mente estaba centrada, ansiosa por escuchar las últimas actualizaciones sobre su innovadora investigación contra el cáncer. Pero hoy, su anticipación no era solo por el impacto del proyecto en el mundo; era personal. El progreso que realizaran podría potencialmente ayudar a su suegro, cuya enfermedad pesaba mucho en sus pensamientos.
Caminando lado a lado con Clifford, los empleados los saludaron con respeto. Estaban acostumbrados a verla por allí, aunque su presencia era sutil. Algunos creían que ella era la dueña del instituto, mientras que otros aún albergaban dudas.
Muchos habían preguntado al Doctor Iván sobre su posición, pero Clifford le había dicho que Iván siempre respondía con un encogimiento de hombros, sin confirmar ni negar su papel como fundadora y presidenta como a ella le gustaría.