Rain quedó gratamente sorprendida con su habitación. Los colores suaves y femeninos le apelaron instantáneamente, creando una atmósfera cálida y acogedora. La habitación era espaciosa y extravagante, con un diseño que mezclaba hábilmente tonos modernos con toques vintage. Era evidente que se había puesto mucho pensamiento en hacer el espacio cómodo y elegante, y no pudo evitar agradecer la atención al detalle.
—Esto es hermoso, Padre. Realmente me gusta —murmuró Rain, con la palabra «Padre» saliendo naturalmente de sus labios. Se sonrojó cuando el rostro de su suegro se iluminó con una amplia sonrisa, claramente complacido por sus palabras.
—Me alegra que te guste. Si necesitas algo, solo pídeselo a cualquiera de los sirvientes. Pueden ayudarte a instalarte —dijo Roca con calidez. Luego, mirando a Alejandro, quien había llevado personalmente su equipaje al interior, añadió:
— El dormitorio de mi hijo está justo frente al tuyo.