Rain se despertó temprano y se dirigió a la Fiscalía de Ciudad Meta, esperando el montón de casos pendientes habitual en su escritorio. Mientras revisaba los archivos, uno en particular llamó su atención. Estaba a cargo de la Unidad de Crimen Organizado, por lo que no entendía por qué un caso de robo en tiendas había terminado en su escritorio.
Tomó el archivo y se lo mostró a Marlon, quien estaba ocupado organizando más documentos en su escritorio. —¿No se supone que este caso está con la Unidad de Delitos Violentos? —preguntó Rain, frunciendo el ceño.
Marlon se rascó la cabeza, luciendo un poco avergonzado. —El fiscal Karl Brown tomó el caso de la Orden Obsidiana y lo intercambió por ese.
La expresión de Rain se oscureció. —¿Sin preguntarme primero?
—Sí, él tiende a hacer eso con los recién llegados. Tomará los casos más complicados y dejará los más simples —explicó Marlon.