Lo que Rain estaba haciendo era muy peligroso, pero ya había sopesado todo antes de hacer público el caso. Estaba segura, así que todo lo que él necesitaba hacer era apoyarla. Los días pasaban, y ella se volvía cada vez más ocupada mientras él se centraba en su propia investigación sobre Michael.
Al final del día, él y Rain siempre terminaban intercambiando ideas... justo como ahora. Alejandro soltó un largo y pesado suspiro mientras miraba a su esposa, que estaba leyendo el informe de Brandon. Su rostro estaba contorsionado, mostrando claramente que no estaba contenta con los resultados.
—¿Están todos liberados? ¿Estás segura de eso? —preguntó Rain incrédula. Él y Brandon habían probado a todos los involucrados en las operaciones relacionadas con Michael Astor y la Orden Obsidiana, pero todos habían sido exonerados.
—Entonces, ¿quién demonios está filtrando información a Michael?! —estalló ella frustrada.