En el Instituto Biotecnológico Elysium
Clifford le daba cuidadosamente otra cucharada de comida a Kelly, observándola con una sonrisa alentadora. Sus ojos azules, claros y brillantes, nunca dejaban de cautivarlo, asemejándose a las profundas e interminables olas del océano.
Había anhelado ver esos ojos vivaces y expresivos de nuevo. Una de las cosas que más admiraba de Kelly era cómo su mirada siempre parecía estar comprometida, como si sus ojos realmente escucharan a la persona que hablaba. La sinceridad genuina reflejada en ellos tenía una forma de hacer que cualquiera se sintiera valorado.
—La señora Johnson va a estar muy emocionada cuando te vea despierta. Ha estado esperando este momento durante tanto tiempo —dijo Clifford alegremente, tomando un bocado de su propia comida mientras continuaban su desayuno compartido.