Alejandro y Rain se sentaban tranquilamente en la parte trasera de su coche, con Rico al volante. Tirón había llevado a la Tía Melanie en otro vehículo, dándoles algo de espacio. El aire dentro del carro estaba espeso de silencio, roto solo por el suave sonido de su respiración. Alejandro sostenía la mano de Rain con fuerza, sus dedos entrelazados, como si soltarla cortara algo más profundo entre ellos.
Después de un largo y tenso momento, Rain finalmente habló. —Mmm, creo que ya puedes soltar mi mano.
—No quiero —respondió Alejandro, apretando más. Su agarre se sentía protector, casi posesivo, como si tuviera miedo de soltarla.
Rain alzó una ceja, lista para burlarse de él, pero Alejandro se adelantó. —Sobre esos artículos de noticias... son falsos. No abracé a Carla. Me tomaron por sorpresa. Un segundo estaba allí parado y lo siguiente que supe, ella me estaba abrazando —explicó, su voz firme, pero casi suplicante.